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Organizaciones basadas en la fé, organizaciones comunitarias, colectivos juveniles, organizaciones civiles y activistas, unidas por la seguridad alimentaria 

#4oDías #MéxicoXLaNiñez

¡Descubre como sumarte!

La pandemia, la migración, los desastres y el cambio climático han provocado que la inseguridad alimentaria crezca en América Latina. Según el reporte Panorama regional de seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe1, publicado en noviembre del 2021 bajo la autoría de FAO, FIDA, UNICEF, OPS/ OMS, WFP, en 2020, 59,7 millones de personas padecieron hambre, 13,8 millones de personas más que en 2019.  

 La inseguridad alimentaria en la región de América Latina y el Caribe alcanza a un 41%, que corresponde a 267 millones de personas que no cumplen el derecho humano a la alimentación.  En México, en el Estudio de Pobreza realizado por CONEVAL (2020) indica que el número de personas en situación de pobreza representa el 43.9% de la población total mientras que el 8.5% se encuentra en pobreza extrema.   

Esta situación hace difícil alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 2: «Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible» y el ODS 3: «Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.»  

Adicional, el impacto de la inseguridad alimentaria que tiene en las familias, aumenta el número de niñas, niños y adolescentes en trabajo peligroso, deserción escolar, riesgos en situaciones de explotación y trata, incluso la movilización de familias a otros espacios que generen empleos.

El derecho de niñas, niños y adolescentes a la seguridad alimentaria es vital para su desarrollo integral y que prevenga las violencias.  

La movilización #40Días #MéxicoXLaNiñez invita a organizaciones basadas en la fé, organizaciones comunitarias, colectivos y activistas a una serie de acciones para visibilizar la problemática de la inseguridad alimentaria en México y America Latina y el Caribe como parte de los impactos por COVID-19.  

¿Qué puedes hacer?

Titulares de las Secretarías de Bienestar, Economía, Trabajo y Previsión Social, así como la de Agricultura y Desarrollo Rural.

A través de este medio, quiero solicitar que las medidas de recuperación económica tras la pandemia por la COVID-19 consideren la inclusión de niñas, niños, adolescentes y mujeres.

La pandemia, la migración, los desastres y el cambio climático han provocado que la inseguridad alimentaria crezca en América Latina y México. De acuerdo al reporte del Panorama regional de seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe, publicado en noviembre del 2021 bajo la autoría de FAO, FIDA, UNICEF, OPS/ OMS, WFP, 59,7 millones de personas padecieron hambre, 13,8 millones de personas más que en 2019.

La inseguridad alimentaria en la región alcanza a un 41%, que corresponde a 267 millones de personas que no cumplen el derecho humano a la alimentación, mientras que, en México, de acuerdo al CONEVAL (2020) indica que el número de personas en situación de pobreza representa el 43.9% de la población total mientras que el 8.5% se encuentra en pobreza extrema.

Esta situación hace difícil alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 2: «Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible» y el ODS 3: «Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.»

Adicional, el impacto de la inseguridad alimentaria que tiene en las familias, aumenta el número de niñas, niños y adolescentes en trabajo peligroso, la deserción escolar, los riesgos en situaciones de explotación y trata, incluso la movilización de familias a otros espacios que generen empleos. El derecho de niñas, niños y adolescentes a la seguridad alimentaria es vital para su desarrollo integral y que prevenga las violencias.

Por ello, es necesario una Estrategia integral que contemple la seguridad alimentaria, la prevención del trabajo infantil en todos los ámbitos sobre todo el agrícola y asegurar que las familias y comunidades sean sostenibles para el acceso a alimentos.

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